Los comienzos de temporada siempre son ajetreados, y este no podía ser menos. Además del emotivo concierto con Simant Dúo, la Banda Sinfónica Complutense actuó en la Noche del Patrimonio, en Alcalá de Henares, y en Haro (La Rioja).
Viaje exprés a Haro
Fue el 8 de septiembre cuando la BSC se desplazó hasta Haro. Ese día se dedica a rendir homenaje a la Virgen de la Vega, la patrona de la localidad. La banda acompañó a las autoridades hasta la misa y después amenizó la celebración en los Jardines de la Vega, junto a la Coral Polifónica de Haro.
En la hora del vermú, la banda realizó un concierto muy variado, que viajó desde lo más tradicional y típico de los pasodobles, hasta lo más movido y festivo de la música actual. Fue un día intenso, donde la BSC tuvo la oportunidad de disfrutar del ambiente y conocer los distintos emplazamientos de Haro y, por supuesto, disfrutar de la gastronomía típica de la zona.
Por último, la BSC participó en la procesión de Las Farolas, que dieron un toque mágico a la noche. Se convirtió entonces en un viaje musical y cultural muy enriquecedor, pero a su vez, y quizás igual de importante también, una oportunidad para consolidar los lazos de unión entre los músicos y disfrutar de un día de convivencia en un ambiente inmejorable.
Texto Haro: Alba Merencio
Noche del Patrimonio
Aunque tocar sobre un escenario es una experiencia inigualable para un músico, salir de pasacalles por tu ciudad también lo es. Por eso, el pasado 14 de septiembre, con motivo de la Noche del Patrimonio, la Banda Sinfónica Complutense, desfiló, orgullosa, llenando de música algunos rincones alcalaínos.
El pasodoble El Tío Ramón inauguraba el pasacalles, que daba comienzo en la Plaza de los Santos Niños a las 21h. Desde ahí, un breve pero intenso recorrido llevó a los músicos por la calle Mayor, donde hubo quien prefirió escucharnos mientras se refrescaba con una buena cerveza en las terrazas, pero también quien se unió a nuestras filas para completar el recorrido.
Sancho y Quijote nos escucharon interpretar Ragón Falez, sentados desde su eterno banco a la puerta de la Casa Cervantes, donde paramos para poder estirar un poco más el disfrute de aquella noche. Desde ahí, continuamos hasta nuestro último destino: la Plaza Cervantes. Varios pasodobles más, esta vez en la puerta del Ayuntamiento, pusieron el broche de oro a esta noche llena de música y cultura.
Texto Noche del Patrimonio: Arantxa Bermejo
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